Queremos compartir con muchos lo que la Naprotecnología significa en nuestras vidas, contarles primero que todo comenzó en el año 2012 cuando decidimos ser papás.
Tuvimos tres embarazos y debido a una patología muy severa (preeclampsia) no pudieron llegar a buen término. No existían palabras que pudieran explicar nuestro dolor tras cada pérdida, el alma no tenía consuelo alguno y fueron duras las ausencias de nuestros pequeñitos que hoy son nuestros bebés en el cielo – Dulce María, María Cielo y Jesús María -.
Mucho nos preguntábamos: ¿Será que Dios alguna vez nos regalaría un hijo?. Cuando sentíamos que nuestras fuerzas se agotaban, que ya no había nada por hacer y sólo aceptar que no podíamos ser papás, apareció una luz en nuestras vidas, una puerta abierta que cambió todo. En noviembre de 2017 una religiosa del Instituto Hermanas de María, especialista en Bioética, nos habló y comentó sobre la Naprotecnología, nosotros no conocíamos en absoluto de qué se trataba y por las informaciones que recibimos en ese momento sentimos que era la ayuda que tanto estábamos buscando y necesitando. ¡Sentimos esperanza!.
Nos cargamos de ánimo y mucha fe, en enero de 2018 comenzaba una página de nuestras vidas donde los regalos fueron infinitos. Contactamos con la Dra. Angélica Sarmiento para una primera consulta, ella con carisma sin igual nos facilitó claras indicaciones y nos transmitió mucha confianza, así comenzábamos a seguir el tratamiento con la ¡Naprotecnología!. Necesitábamos también conocer el método Creighton y para ello debíamos viajar de Ciudad del Este a Asunción dos veces al mes, no fueron fáciles estos viajes por innumerables motivos, pero todo valió la pena por nuestro gran anhelo: ¡tener un hijo!.
Recibimos las orientaciones y ayuda sobre el Creighton por medio de una especialista en el método y la Dra. Angélica acompañaba muy de cerca todo el proceso con una dedicación extraordinaria. Con el Creighton aprendimos muchísimo sobre cómo cuidar nuestra fertilidad y a querernos más como esposos, no fue tarea fácil pero estábamos seguros de que muy pronto se cumpliría nuestro gran sueño.
Pasó el tiempo y luego de aproximadamente seis meses de tratamiento, en julio de 2018 en una consulta vía Skype con la Dra. Sarmiento, estábamos en la sala de nuestra casa y después de que la Dra. analizara nuestros últimos resultados médicos recibimos de ella la noticia que tanto deseábamos escuchar: ¡podíamos nuevamente buscar un embarazo, la alegría fue inmensa!
Y así en agosto de ese mismo año con mucha emoción confirmábamos nuestro cuarto embarazo, un embarazo feliz y también de muchos cuidados. Nuestro bebé tan anhelado llegaba un 7 de mayo de 2019, “José María”, hoy con nueve meses de ternura, un bebé hermoso y sanito, ¡un verdadero regalo de Dios para nosotros!. Su presencia nos llena de amor y alegría, con su vida Dios nos demostró que con fe todo es posible, que Él coloca en nuestro camino a las personas exactas y a quienes tanto necesitamos!.
Sólo nos queda decir: GRACIAS, gracias por cada profesional que nos asistió con tanto amor y entrega durante el tratamiento y todo el embarazo, por tantas personas que nos acompañaron en cada momento para que este pequeño gran milagro pueda darse en nuestras vidas.
Deseamos tanto que muchas personas puedan sentir y vivir lo mismo que nosotros, conocer la Naprotecnología fue un verdadero regalo celestial, decirles que el sueño de tener un bebé sí puede ser posible!.
Eli y Guido.