Somos Victoria y Cristián, y en mayo 2020 cumpliremos cinco años de casados. Yo, Victoria, soy Paraguaya y Cristián de nacionalidad Chilena, actualmente vivimos en Chile. Desde nuestro matrimonio empezamos a buscar a los hijos, era nuestro anhelo. Cuando cumplimos un año de casados quedé embarazada, pero a los tres meses lo perdí. Llegamos a saber que sería un varoncito, y lo llamamos Miguel Ángel. Después de esa pérdida entré en un estado de negativismo, desesperación y angustia… trataba de buscar la causa, y empezamos a realizarnos varios estudios, cuyos resultados fueron normales. Los médicos nos decían que los dos teníamos buenas condiciones de ser padres y nos diagnosticaron “causa desconocida” por la pérdida y por no quedar embarazada luego de la perdida. Nos sometimos a cuatro sesiones de inseminación artificial, cuyos resultados fueron negativos. El siguiente paso era acudir a la Fecundación In Vitro. Ante este panorama ambos quedamos en un estado de angustia y frustración muy grande y fue ahí cuando tomamos plena conciencia de la presencia divina de Dios, como elemento esencial en el proceso de la vida.
Una persona conocida nos comentó sobre la Virgen de la Leche. Hay una Misa especial que se hace aquí en Chile, para los padres que desean pedir a la Virgen María que interceda ante su hijo Jesús para alcanzar la bendición de ser Padres. Comenzamos a ir cada mes a esa Misa y cada vez iba aumentando más nuestra FE y nuestra devoción crecía cada vez más. Al mismo tiempo tomamos una decisión como pareja: como cristianos y con una pérdida anterior nos resultaba difícil acudir acceder a la Fecundación In Vitro, así que decidimos despejarnos y continuar con nuestra vida juntos, relajarnos y dejar en manos de Dios el milagro de la vida. Eso nos fortaleció mucho como pareja.
En una de mis visitas a mi familia en Paraguay, fui a saludar a una prima que estaba por dar a luz y ella me contó sobre la NaProTechnology y el modelo Creighton. Esa noche no puede dormir por la emoción, sentí de inmediato que tenía mucha lógica y era el camino correcto.
En ese mismo viaje consulté con la Dra. Sarmiento, inicié el aprendizaje del Creighton (el cual continué desde Chile) y lo más emocionante e increíble es que quedé embarazada a los dos meses que empecé el tratamiento NaPro, en septiembre, de forma absolutamente natural. Tuve un embarazo hermoso y nuestra hija nació en Junio de 2019.
Como mujer no hay palabras para expresar esos sentimientos de frustración y tristeza que uno siente cuando no puede quedar embarazada, lo único que te calma y te da fuerza y alegría es seguir el camino de Dios, y todo ocurre por añadidura. Nuestra relación de pareja se fortaleció y nuestra hija María Victoria de 8 meses nos llena de felicidad todos los días.