A lo largo de mi vida he recibido muchas bendiciones, pero es llamativo como uno pierde de vista esas bendiciones en los momentos tristes, porque pareciera que el dolor y el sufrimiento que uno vive no nos dejan ver más allá. Así me sentía cada mes que pasaba y no quedaba embarazada, y sufría viendo a tantas familias con sus bebes y algunos niños ya grandes, y nosotros seguíamos sin nada.
Me llamo Ivonne, hace casi diez años contraje matrimonio con Luis, un hombre muy bueno. Somos salvadoreños. Su bondad fue la razón principal por la que me casé con él. Presentía que él nos ayudaría -a mí y a mi familia- a ser buena (este punto es importante en nuestra historia). Hoy, con nuestro bebé en brazos, compruebo una vez más que fue la mejor decisión. Al casarnos aprendimos el Método Billings para planificación familiar. No fue fácil porque yo visualizaba muy poco moco cervical (otro punto importantísimo en la historia) y al cabo de un año empezamos a buscar el embarazo.
Dos años más tarde, en 2012, como no me quedaba embarazada, empezamos a hacer estudios de fertilidad. Nos decían que estaba todo bien, que yo ovulaba, que tenía ambas trompas permeables, etc. Yo les decía a los médicos que tenía poco moco cervical, y síntomas pre-menstruales muy intensos, pero no me escuchaban, yo sentía que no me hacían caso.
En 2013 me quedé embarazada, pero el corazoncito del bebé dejó de latir a las ocho semanas. Después de esta experiencia de perder un hijo tan pequeñito, que nos llenó de tristeza, me sentía cada vez peor. Seguíamos intentando lograr un embarazo pero nada, y así pasaron meses y años. Y toda la gente nos recomendaba lo que le funcionó a su prima, a su amiga, etc.
En 2016 finalmente acudimos al especialista en reproducción que nos recomendaban, y nos ofreció Inseminación artificial y Fecundación In Vitro. En ese momento, en que los métodos artificiales ya no me parecían tan malos, y me sentía presionada, la firmeza moral de mi esposo fue clave. Me aseguró que tendría que existir un método natural y correcto, que llegara a la raíz del problema para poder tener un hijo y empezó a buscar alternativas en Internet.
Después de mucho indagar –tiempo que no fue fácil- encontró una nota en línea en www.actuall.com hablando sobre el Modelo Creighton y la NaProTecnology. En esta nota anunciaban el nacimiento del primer bebé en España utilizando este método y describía a una familia muy similar a la nuestra.
Me dijo: “este método si vale la pena aplicar”. Queríamos tener un hijo, pero como se debe, utiizando bien los medios que Dios nos ha dado, con libertad y paciencia. Nosotros vivíamos en El Salvador. Intentó contactar con quienes ofrecían esa opción en EEUU, pero no obtuvo respuesta. En ese momento en El Salvador no habían personas que supieran del método.
Buscando en internet encontramos a Alejandro Leal, un Profesional del Modelo Creighton de Costa Rica, y en 2017 empezamos a aprenderlo vía Skype. Alejandro fue el primer profesional que nos escuchó, que nos trató como personas y no como un número más, que nos “cuidó” (el verdadero fertility “care”), que nos prestó atención. Desde el principio sentimos que con el Modelo Creighton habíamos “llegado a casa”, y que ese sería el camino para tener un bebé, ya sea logrando un embarazo o por la vía de la adopción, pero respetando los vías naturales para hacerlo.
Yo empecé a llevar la gráfica detallada de mis ciclos y justo mi marido empezó a viajar a Paraguay por trabajo. A los tres meses le ofrecieron trasladarse a vivir a Asunción, y entonces yo le acompañé en uno de sus viajes, para conocer Paraguay. Lo primero que hice fue “googlear” la frase: “NaProTechnology Creighton Paraguay”. Grande fue mi alegría al ver en la página “http://naprotec.es > contacto-en-paraguay” los datos de la Dra. Angélica Sarmiento.
Consultamos con ella a mediados de setiembre de 2017 en un centro de salud pública (porque ya no tenía lugar en el privado para esa fecha) y luego de una evaluación exhaustiva ratificó que yo tenía déficit de moco cervical y de una hormona. Me suspendió una medicación que tomaba, me agregó una vitamina, y también una hormona en algunos días del ciclo. Ya al primer mes de seguir el tratamiento noté la mejoría, y a principios de diciembre me quedé embarazada, de nuestro hijo Luis Fernando, “mi mayor bendición”, que nació por parto normal el 15 de Agosto de 2018, Fiesta de la Virgen de la Asunción, y hoy tiene casi cinco meses. El modelo Creighton es lo mejor que nos pudo pasar como matrimonio, pues nos ayudó a objetivar de la manera más sencilla y efectiva el problema que tenía, con síntomas que yo había mencionado a tantos doctores que había visitado antes, y que nadie escuchó ni le dio importancia. Sobre todo es lo mejor que nos pasó porque desde el primer día se preocuparon por nosotros y nos vieron a nosotros y a nuestros posibles hijos como personas, con pensamientos, sentimientos y un alma, mientras que para los demás fuimos alguna probabilidad de éxito, con un cheque en la mano. Agradezco infinitamente a Dios por poner este método en nuestras vidas. Y agradezco a los doctores Alejandro y Angélica por hacer posible este regalo de Dios.